La medida se hace efectiva desde la costa a 200 millas mar adentro y ha sido impulsada por la Administración Nacional Atmosférica y Oceanográfica de EEUU (NOAA). El motivo de esta norma es que la acelerada expansión de las pesquerías de krill debido al interés mundial por consumir suplementos alimenticios ricos en Omega-3 está poniendo en peligro el funcionamiento de los ecosistemas marinos.
Este tipo de crustáceo es la base alimenticia de la vida oceánica y su biomasa se ha visto considerablemente reducida en las últimas décadas; una amenaza para las miles de especies de peces que dependen de él.
Fuente: http://www.ccc-chile.org
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