El pasado viernes, una ballena franca glaciar (Eubalaena glacialis) fue asistida en la localidad estadounidense de Portsmouth (New Hampshire) despúes de haber quedado enmallada en redes y cuerdas de pesca. Se trataba de un ejemplar de 40 toneladas que fue avistado por un pescador que dio el aviso de alarma a los guardacostas.
El equipo de rescate del Centro de Estudios Costeros de Provincetown encontró al animal atrapado en una cuerda sintética que envolvía su mandíbula superior tres veces y arrastrando un pesado aparejo de pesca debajo de su cuerpo. Para proceder al rescate fue necesario la aproximación con una embarcación de 12 metros cuando el ejemplar salía a la superfície para respirar y el uso de una vara de 9 metros con un garfio incrustado en su extremo para cortar la cuerda. Después de 40 minutos de trabajo el equipo de 3 personas consiguió deslizar la cuerda fuera del cuerpo del animal. Este tipo de rescates suponen un gran peligro ya que el animal puede revolverse o colisionar con la embarcación.
Se cree que la población de ballena franca glaciar del Atlántico Occidental se sitúa entorno a los 300 ejemplares y se desconoce si su población se mantiene estable aunque, en estas condiciones, esta especie podría extinguirse en 200 años. Sus principales amenazas son las colisiones con barcos y el enmallamiento con redes de pesca.
Fuente: The Boston Globe
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