viernes, 16 de abril de 2010

Para los aventureros.


“Para lo más aventureros” era la frase que acompañaba la oferta de sushi de ballena y de caballo que se ofrecía en la carta de un restaurante de Los Ángeles. Desde luego la aventura fue descubrir que la ballena que se ofrecía está sujeta a la prohibición de comercio internacional según la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES) y que el caballo en realidad era vaca.

Comer sushi de carne de ballena protegida es posible gracias al comercio clandestino realizado por Japón. Al menos, eso es lo que demuestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Estatal de Oregón al realizar pruebas de ADN a diversos trozos de pescado que se servían en dos restaurantes de Los Ángeles y Seúl. Tras comparar las muestras con otras extraídas de filetes de ballenas adquiridas entre 2007 y 2008 en Japón, se comprobó que las secuencias de ADN mitocondrial analizadas coincidían completamente.

Desde 1986 está prohibido el comercio transfronterizo de carne de ballena, según una moratoria de la Comisión Ballenera Internacional. Sin embargo, Japón consigue esquivar esta realidad pescando ballenas como parte de un programa científico. Ahora se ha demostrado que estas capturas tienen como fin saciar el apetito de los comensales más aventureros de restaurantes de EEUU y Corea del Sur.

Los resultados de este estudio aparecen publicados en la versión digital de la revista Biology Letters y está firmado por diversos investigadores y ecologistas, entre ellos el director del documental The Cove ganador de un Oscar, Louie Psihoyos. Con esta publicación han solicitado al gobierno de Japón poder acceder a los registros de ADN. De esta manera podrán comprobar si existen más coincidencias de este tipo para proceder a una investigación.

3 comentarios:

  1. Como siempre ocurre... el CLIENTE es el verdadero culpable , pues sin CONSUMO , no hay Mercado... Mas educacion hace falta.

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  2. Lo que hay que hacer es como mi marido que solo se sumerge en el mar para disfrutar viendo las diferentes especies, y como mucho acariciandolas si se dejan.
    También os comento vivimos en Cabrera de Mar delante de la playa y el Agosto del 2009,a cien metros de la playa pudo disfrutar el y nuestro hijo, el paseo de una manta raya a su lado.

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  3. Solo recordar que nadar con animales protegidos está prohibido por ley y que acariciar animales marinos puede ser, además de peligroso contraprodicente para el animal.

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