Del estudio se desprende también la importancia que la aquicultura ha adquirido en el sector. Si en 1970 suponia solamente un 3,9% de la producción total, en la actualidad ya copa un 36%. Por lo que respecta al empleo pesquero, cabe destacar la notable reducción del número de pescadores, sobre todo en países desarrollados. A modo de ejemplo, en Noruega y Japón se han reducido a la mitad el número de pescadores desde 1979, un fenómeno similar al ocurrido en España. Un dato que es paralelo a la reducción de la flota pesquera a nivel mundial. Solo en la Unión Europea las flotas se han reducido un 3,1% anual durante el periodo de 2004 a 2006.
El estudio señala también que en la actualidad, la mitad de las pesquerías se hallan plenamente explotadas, mientras que un 30% sufre de sobreexplotación. Una situación que denota cierta estabilidad después del fuerte deterioro que tuvo lugar en los años 70 y 80. Aun así, cabe destacar que en los caladeros sobreexplotados se hallan algunas de las especies con capturas importantes y con mayor interés para las flotas.
A la vista del estado de la pesca la FAO apuesta por pesquerías más responsables y denuncia algunos de los problemas actuales: la escasa capacidad de los países pequeños para controlar sus pesquerías, la sobrecapacidad de algunas flotas pesqueras y la proliferación de la pesca ilegal. Además, la FAO reclama medidas eficientes para evitar con las capturas incidentales y sus consiguientes descartes ya que estos no dejan de augmentar cada año. En la actualidad, los descartes suponen un 23% de todos los desembarques marinos: unos 20 millones de toneladas.
Información extraída de la revista "Mar"
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